Ante las quejas ciudadanas por el trato al arbolado de la calle Moret durante la pasada primavera, el Justicia de Aragón propone al Ayuntamiento que en futuras intervenciones urbanísticas que se promuevan, autoricen o tutelen, se tenga en cuenta la previa existencia de los árboles, su tamaño y su relación con el entorno con el fin de hacer todo lo posible para conservarlos y que además, durante las obras, el riego quede garantizado, informan fuentes del justiciazgo en una nota de prensa.
En el caso concreto de los árboles de calle Moret y ante la inevitable tala, el Justicia insiste en que, una vez finalizadas las obras de construcción del estacionamiento, se deberían volver a plantar en la calle especies compatibles "que embellezcan el espacio público y dulcifiquen el predominio del cemento".
Según el Justicia, los árboles preexistentes deben ser considerados un elemento esencial en la ordenación urbana con peso específico a la hora de marcar las prioridades de actuación, buscando siempre alternativas para evitar su desaparición.
Advierte de que de no hacerlo así, "lo que por un lado se gana con la materialización de una obra pública, que seguramente atenderá a la satisfacción de alguna aspiración o necesidad vecinal, se pierde con la privación de un elemento básico en el aspecto más cercano y de convivencia en la ciudad".
